El Vítor es la fiesta grande del municipio, declarada de Interés Turístico Regional. Durante la noche del día 7 y a lo largo de todo el día 8 de diciembre, tres devotos a caballo recorren casi todas las calles del municipio acercando la imagen de María Inmaculada a todos los vecinos del pueblo. La procesión no tiene una hora de finalización, pues es el pueblo el que decide cuando finaliza la misma. Es por muchos considerada la procesión más larga de la cristiandad.
Los momentos señalados de la fiesta son los siguientes:
- El sábado anterior al inicio del novenario, por la noche se celebra en la Parroquia la Vigilia a la Inmaculada Concepción.
- Del 29 de noviembre al 7 de diciembre, a las 7 de la tarde se celebra el novenario en honor a la Inmaculada Concepción en la Iglesia Parroquial que lleva su nombre. Cada una de las novenas es organizada por un colectivo del municipio.
- El sábado más próximo al día 7 se celebra en la Iglesia parroquial el pregón, posteriormente, en la Casa de la Cultura tiene lugar el traspaso de gorros entre los caballeros salientes y entrantes. Además, se celebra la coronación de Damas y Reinas. El acto está presidido por la Asociación Musical La Concepción.
- El día 6 de diciembre por la mañana se celebra el tradicional fogueo de los caballos con el objetivo de acostumbrar a los equinos a los ruidos de la pólvora.
- El día 7 de diciembre, a las 11 de la mañana, en la puerta del sol, se realiza la ofrenda floral a nuestra Patrona. Después de comer se enjaezan los caballos con las vestimentas, en la plaza de la Inmaculada. A las 8 de la tarde, se reúne todo el pueblo en la iglesia para cantar «La Salve» y Vitorear al estandarte de La Inmaculada Concepción. Así da comienzo la procesión que recorrerá prácticamente todas las calles del pueblo durante la noche y el día siguiente.
- Día 8 de diciembre, a las 12 de la mañana se celebra la misa, y a la entrega del estandarte, se celebra la procesión de la talla de la Inmaculada Concepción en su carroza. Al finalizar, la misma se dispara un gran castillo de fuegos artificiales.
- El día 9 de diciembre se celebra el día de la Virgencilla, con una misa a las 12 en sufragio de todos los difuntos del pueblo.
- El siguiente domingo tiene lugar «la RIFA», a las 4 de la tarde amenizada por la banda de música local. Los horcajeños donan artículos con el fin de recoger fondos para cubrir los gastos de la fiesta.
Un poco de historia sobre el Vítor en Horcajo de Santiago
Según la teoría del horcajeño José Martínez, hay que remontarse hasta el contexto histórico de la Primera Guerra Carlista para encontrar el origen de la fiesta que actualmente conocemos como El vítor.
El miércoles día 7 de diciembre del año 1836, se celebró en la iglesia parroquial de Horcajo, Nuestra Señora de la Concepción, un Te Deum, como acción de gracias.
¿Qué había ocurrido en la villa para convocar esta celebración?
El pueblo había sido invadido al atardecer del día 5 de diciembre de 1836 por gran parte de la famosa columna carlista compuesta por 4.500 hombres y al mando del mariscal de campo Miguel Gómez Damas.
Era una parada logística de una fuerza hostil, numerosa y armada que ocupaba por la fuerza temporalmente un territorio de implantación y control isabelino, donde los recursos y estructuras locales eran limitados y se tomaban por el “derecho de guerra”. Además de las requisas de pan, vino, carne, aguardiente y otros alimentos, así como cebada, paja, agua para las caballerías, localizaban las casas “principales” donde podían obtener fondos para la causa carlista. Ocuparon determinados edificios como Ayuntamiento, cárcel, pósito de la Tercia, hornos y tahonas, bodegas y aquellos edificios con gran capacidad de alojamiento como la iglesia y ermitas. Los jefes descansaban en las casas más distinguidas mientras que la tropa, franca de servicio, fue repartida fundamentalmente por los edificios religiosos. El día 6 de diciembre por la mañana, la fuerza carlista abandonaba la villa llevándose a decenas de jóvenes horcajeños como rehenes.
Horas más tarde llegaban al pueblo tropas constitucionales persiguiendo a los carlistas. Esta fuerza perseguidora estaba integrada por 1.000 húsares a caballo del Regimiento de la Princesa y 1.000 tiradores de línea bajo mando del brigadier Diego de León.
En la madrugada del día 7, Diego de León y sus hombres emprendían nuevamente la persecución del enemigo, dejando en Horcajo un pequeño retén de caballería para enlace con el mando de su División y la correspondiente evaluación de daños.
Superado el amedrentamiento de la presencia hostil, el pueblo trataba de recomponerse y fue convocado con un toque de campanas, acudiendo a la llamada: autoridades, clerecía, retén militar y feligresía parroquial, procediendo a bendecir el templo de algún modo mancillado y profanado y celebrando después un Te deum.
En este acto surgió un clamor unánime, implorando a la Purísima y Patrona ayuda y protección para los hijos ausentes. Finalizando el Te deum quedaba pendiente la bendición del resto de los lugares sagrados: las ermitas. La comitiva partió de la iglesia con escolta a caballo del retén militar, dando protección a los clérigos oficiantes para impartir la bendición en estos edificios religiosos localizados a extramuros. Se alumbraron en el recorrido con antorchas y hogueras.
La salida del Estandarte y la procesión de los caballos del Vítor podría ser la anual y renovada acción de gracias de aquel lejano 7 de diciembre de 1836 porque todos los hijos que habían sido reclutados como rehenes regresaron milagrosamente sanos y salvos.
La antigua imagen de la purísima Concepción que se veneraba en la parroquia data del año 1700, siendo realizada por el escultor Juan Pablo de Estrada en la ermita de San Sebastián, junto a la de Santa Ana con la Virgen Niña. La imagen presidió la vida parroquial horcajeña hasta su destrucción en el año 1936, en el marco de la guerra civil.
Ante la ausencia de Imagen patronal, la familia Luna decidió cumplir la promesa de su tío Críspulo, que había dejado en su testamento una importante cantidad de dinero destinada al culto de la inmaculada Concepcion de su pueblo. De esta manera, la familia encargó la actual imagen patronal al escultor valenciano Pio Moyar Franch, que fue trasladada hasta Horcajo en un camión del ejército. Desde entonces preside la vida parroquial, habiendo sido restaurada en tres ocasiones, la más importante de las cuales tuvo lugar en 1999-2000 tras el accidente que tuvo lugar cuando la imagen se desplomó de su carroza procesional